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JMborrasbosch

Abogacia preventiva

Siempre ha llamado mi atención el hecho de que por regla general, se vaya al abogado, cuando no queda más remedio porque el contencioso se ha iniciado o está a punto de hacerlo. Por contra, vamos al médico (y cada vez más) de forma preventiva, precisamente para evitar muchos males que son evitables con tiempo y fortuna. Del mismo modo suelo explicarles a mis clientes (a los nuevos, porque los de siempre, los de hace más de veinte años ya me conocen y lo saben), que la labor del abogado es asesorar sobre todo lo que puede ocurrir en su empresa, en sus negocios, en su profesión o en su vida cotidiana particular. Siempre les digo que a mi me pagan para que mal piense. Para que, más allá de sus expectativas de negocio, de contrato a punto de cerrar, más allá de la buena fe que ellos se pueden permitir el lujo de presumir en los demás, yo tengo la obligación de imaginar lo peor que puede suceder, precisamente para prevenirlo y evitarlo.


Hay fórmulas de todo tipo para evitar lo que es temible que pueda suceder pensando mal y como ese "pensar mal" forma parte innata de mi forma de entender la abogacía, suelo dejar bien amarrado todo lo que se puede amarrar (permitidme que utilice esta expresión marinera hoy que es domingo y me siento más en el mar que en el despacho todavía). Cuando dejas un contrato blindado, cuando interpones una demanda blindada es muy difícil acabar en el Juzgado, en primer caso, o perder el Juicio en el segundo. Ello no obstante, no nos engañemos, se y sabemos que hay casos perdidos por los que vale la pena pleitear porque, como el resto de nuestra vida, a veces el placer está en el camino y no en la meta. Mi experiencia me demuestra que muchos clientes que han pleiteado durante años por una herencia, volverían a hacerlo otra vez, aún a sabiendas como sabían, que el reparto inicial de mutuo acuerdo les sería más conveniente. La naturaleza humana, los sentimientos y las pasiones, forman con tal intensidad, parte de la toma de decisiones con consecuencias jurídicas, que tener a un abogado-amigo-consejero-e implacable Juez a tu lado se convierte en algo tan necesario y tranquilizador como lo era ese médico "de cabecera" al que sonreías de pequeño cuando llegaba a los pies de tu cama y sabías que a partir de ahí todo iba a ir mucho mejor.


Joana Borrás- Abogada-

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